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Rogelio Montemayor,Presidente Nacionalde la CANACAR.

Como una estrategia de comunicación y acercamiento con los agremiados, el dirigente nacional de la CANACAR, estableció seis vicepresidencias regionales.

Uno de los principales desafíos de la actual administración de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) ha sido, sin duda, estar más cerca de sus socios, hacer que se sientan más representados y permear una filosofía de trabajo desde la oficina central hasta la última delegación del país.

Los resultados obtenidos durante más de dos años han obedecido a una estrategia organizacional muy clara: seis vicepresidencias regionales que atiendan de forma directa las necesidades de los socios y fomenten mejores prácticas en el autotransporte para fortalecer a la Cámara y al gremio en general.

Rogelio Montemayor, Presidente Nacional del organismo, explica que si bien cada región ha ofrecido resultados importantes, la urgencia de temas que han ocupado la agenda del sector no ha permitido avanzar como desearían, ya que entre la inseguridad que azota a los empresarios, las restricciones de tránsito, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y otros factores, muchos esfuerzos se han concentrado en resolverlos.

Con la creación de las vicepresidencias, agrega, se han podido engranar ciertas acciones en favor de los agremiados, ya que un delegado, por ejemplo, se coordina con su vicepresidente y resuelven un tema. Si requieren el apoyo de la oficina central, se gestiona y se atiende. “Hemos logrado sistematizar buena parte del trabajo; sin embargo, también somos empresarios y a veces no hay demasiado tiempo para atender personalmente cada aspecto, he ahí una de las principales ventajas de esta estrategia”.

Un paso importante para la CANACAR y sus agremiados es que tanto los vicepresidentes como los delegados hacen este trabajo por convicción y no por obligación, es decir, están convencidos de la visión de la Cámara. “Sin las vicepresidencias y el compromiso de las delegaciones, no se habrían podido abrir más oficinas de representación. Eso es resultado del trabajo en equipo y de entender que la Cámara es de todos y los frutos también”.

De forma simultánea, la CANACAR ha dado un giro sustancial para ser un ente más abierto, mejor comunicado y con más herramientas tecnológicas que permitan el acercamiento y la interacción con todos sus socios. “Las vicepresidencias son los brazos de esta Cámara, y son brazos fuertes, sólidos y dispuestos a seguir trabajando. Hoy ya hay resultados, pero lo más importante es que estamos sentando las bases para obtener frutos a largo plazo”.

De esta manera, Montemayor Morineau confía en que toda la estructura organizacional de la Cámara unida podrá seguir enfrentando los principales retos en la agenda nacional: la inseguridad como tema esencial, la renegociación del TLCAN con miras hacia un mejor y mayor intercambio de mercancías entre México, Estados Unidos y Canadá, y no quitar el dedo del renglón en el tema de la profesionalización del sector.

“En este sentido, la creación del Distintivo CANACAR nos ha permitido tener mejores empresas en la Cámara, sin importar su tamaño o el nivel de servicio que han alcanzado. Apostarle a la capacitación, a la firma de convenios con armadoras, instituciones académicas y entidades de Gobierno se ha traducido en beneficios para el socio, para el sector y para el país”.

TyT