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Año lleno de retos, coinciden todos los actores del autotransporte a nivel nacional.

La incertidumbre provocada por la volatilidad del tipo de cambio peso-dólar, acentuada por la reforma fiscal en Estados Unidos y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, dibuja en 2018 un marcado signo de interrogación en cuanto al desempeño de la economía de nuestro país, intensificado por la elección presidencial que hoy se vislumbra como una tragicomedia con final inesperado.

Algunas voces establecen que es difícil planear en un escenario con tantas variables inciertas como el que nos muestra este año; sin embargo, son más las que con una visión empresarial de largo plazo tienen comprobado que los años más complicados, llenos de retos, provocan cambios estructurales, eliminan lo que origina lastres para la productividad e incentivan nuevas formas de eficiencia.

Además de los aspectos macroeconómicos y el clima político, este año también tiene preparado para el autotransporte varias batallas adicionales a las que actualmente enfrenta; en la cima, sin duda, el robo al autotransporte. Directivos de las principales armadoras de vehículos pesados del país, coinciden en que una de las de mayor impacto en el segmento de carga será la publicación de la nueva Norma Oficial Mexicana NOM-044, que establecerá estándares más estrictos en cuanto a emisiones contaminantes de motores nuevos Euro V a partir del 1° de enero de 2019 y Euro VI/EPA 2017 en 2021. Aparte del incremento en el precio de los vehículos pesados nuevos, requerirá procesos adicionales de mantenimiento a los sistemas de postratamiento de gases de escape, y en la mayoría de los casos, el uso de diesel exhaust fluid (DEF, por sus siglas en inglés), coloquialmente conocido como urea o AdBlue®.  Un efecto de compra anticipada durante este año puede ser una daga para el desempeño de la venta de vehículos pesados de carga en 2019.

También se espera que durante 2018 se publique en el Diario Oficial de la Federación la Norma Oficial Mexicana NOM-087 −que establece los tiempos de conducción y pausas para conductores de los servicios de autotransporte federal−, cuyas directrices requerirán un detallado análisis por parte de transportistas, operadores logísticos y generadores de carga para identificar aquellas necesidades de reconfiguración de su operación. La falta de infraestructura de paraderos seguros y la delincuencia que impera en la red carretera, son los principales factores que generan incertidumbre en el sector para dar cumplimiento a esta normatividad.

Asimismo, el 24 de febrero entrará en vigor la nueva Norma Oficial Mexicana NOM-012 de pesos y dimensiones, la cual establece controles de seguridad más estrictos, particularmente para los tractocamiones doblemente articulados. Estimamos que una buena parte de los que hoy circulan no cuentan con la tecnología exigida, por lo que un segmento de transportistas se verá afectado.

El rol de la autoridad es fundamental para transitar por este sinuoso terreno. Es indispensable promover la renovación de la flota vehicular a través de incentivos fiscales que abonen a la seguridad vial, el cuidado al medio ambiente y la competitividad logística. El combate al crimen organizado, que impera en la red carretera, es una asignatura aún pendiente.

Dentro de este complejo panorama que nos presenta 2018, la buena noticia para el autotransporte es que los pronósticos de movimiento de carga marcan una tendencia al alza, así que abrochémonos los cinturones y abrámonos paso.

Equipo editorial.